lunes, 31 de octubre de 2016

Se quitó la remera a oscuras en su cuarto y alcanzó a ver los pequeños relámpagos que se desprendían de la misma. Al otro día se levantó con el propósito de averiguar que era aquello. No tardó mucho en llegar a todo un compendio sobre electricidad estática que cautivo su atención por el resto de su vida. Sin pérdida de tiempo contactó con uno, dos, veinte y así miles de personas que les pasaba lo mismo. Con el correr del tiempo llegaron a la conclusión, reunidos en un plenario, de que podían paliar gran parte del déficit de energía mundial, fundaron una asociación a la  que acertadamente llamaron SPEE Sociedad Productores Electricidad Estática. Según sus cálculos se necesitan cien mil personas para producir durante dos horas la electricidad suficiente como para cargar diez celulares. Es así que día a día se reúnen diferentes grupos de personas en el predio abandonado del ferrocarril y durante dos horas se sacan y ponen sus remeras y se frotan entre ellos, de cada remera salen unos delgados filamentos conectados a una gran batería. Dicen que además de ser algo ecológico, el tema de juntarse, hacen mucho ejercicio. Los diez afortunados que cargan sus celulares ese día son sorteados ante escribano público. 

viernes, 21 de octubre de 2016

Cada tanto me sale desarmar por completo este microcosmos  en el que estoy inmerso. Constituye mi mundo en una relación fractal imperfecta con el que esta alrededor, más allá de lo comprensible, imperfecta porque acá nada es simetrico, aun asi se parecen con el otro que todo lo abarca. Decía, de vez en cuando este micromundo-mundo compartido y mio es puesto de cabeza por mi persona. Pongo las piezas a la vista y lo vuelvo a armar con la urgencia de un loco ansioso desesperado por culminar su trabajo, y así queda. Unas veces sobran piezas, otras veces faltan, algunas de ellas quiza sin tanto valor; en algunas oportunidades ni siquiera coinciden entre ellas, tambíen sucede que se agregan partes que nunca antes había visto. Así y todo, de esta manera armado, arranca, siempre está en movimiento, adquiere velocidad suficiente y no para. Funciona de esta manera hasta la proxima  vez en que se me ocurra patear el tablero o desarmarlo.